De ese mensaje surgió una conversación, charlar por teléfono, hasta que un día, decidimos quedar y conocer al que desde ahora vamos a conocer como Juan, el que hasta ahora es el amante de Angela.
Juan cumplió con lo esperado, un chico bien puesto, educado, de un buen nivel social y con tema de conversación, que nos hacía reir y sentirnos cómodos. Aun recuerdo con cierta sonrisa el día que quedamos para comer los tres y como el ya se sentó junto a Angela, dejándome a mi enfrente, empezando a asumir cierto lugar entre nosotros.
Esa noche, ya quedamos, vino a cenar a casa, pedimos unas pizzas, había mucho de que hablar, pero cuando menos me lo esperé...
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